Si eres un lector habitual de La Huertina, seguramente te interesará conocer más sobre el cultivo del tupinambo, también conocido como topinambur o alcachofa de Jerusalén. Este tubérculo, del cual explicamos en otro artículo que os recomiendo sobre plantar topinambur, donde hablamos también de sus propiedades y contraindicaciones, es originario de América del Norte, y es una excelente opción para cultivar en tu huerto por su facilidad de cultivo y sus numerosos beneficios para la salud.
Es una planta de la familia de las asteráceas que se caracteriza por sus tallos altos, hojas lanceoladas y flores amarillas similares a las del girasol. Sin embargo, a diferencia de este último, el tupinambo se cultiva por sus tubérculos, que son ricos en inulina, un tipo de carbohidrato beneficioso para la digestión.
Cómo y cuándo cosechar tupinambo
La cosecha del tupinambo se realiza en otoño, cuando la planta ha completado su ciclo de crecimiento y las hojas comienzan a secarse.
Para cosechar los tubérculos, puedes utilizar una azada de jardín para desenterrarlos con cuidado y evitar dañarlos, pero también podemos hacerlo a mano, como muestro en el vídeo. Para facilitar la tarea, podemos arrancar la planta y así conseguir que sea más rápido.
Debemos hacerlos en el momento preciso porque si nos esperamos, volverán a enraizar.
Es importante tener en cuenta que si no cosechamos todos los tubérculos, no supone un problema ya que en primavera volverá a florecer en forma de planta, ya que es un cultivo perenne.
Otra cosa importante, si bien es un cultivo que no necesita muchos cuidados como ya expliqué en el otro artículo donde explico cómo plantar, no es mala idea plantar tártago, o hierba topera (Euphorbia lathyris), para mantener a raya a estos animales y otros que puedan querer degustar nuestro cultivo.
Por último, no es necesario que cosechemos todas las plantas a la vez, sino que podemos hacerlo a medida que vayamos necesitando.
Almacenamiento
Una vez cosechados, es importante dejar secar bien a los tubérculos de topinambur para quitarles toda la tierra. Se pueden almacenar en un lugar fresco, como el cajón de la fruta en la nevera, u otra opción es guardarlo con arena. Además esta la podemos reutilizar para hacer esquejes y enraizar con arena, como ya os he explicado varias veces. Es importante mantenerlos en un lugar bien ventilado para evitar que se pudran.
Como ya os dije, es un cultivo muy rústico que se adapta a casi cualquier tipo de clima, por lo cual es muy interesante tener en cuenta.
Productivo y perenne
Es un cultivo muy productivo, por tanto es muy probable que obtengamos una muy buena cosecha. Otra cosa importante y a tener en cuenta es que podemos elegir los más pequeños de los que hayamos cosechado, o en mi caso los que están mordidos por los ratones, y volver a plantarlos para que vuelva a salir una planta, con un poco de acolchado de huerto.
El cultivo del tupinambo es una excelente opción para incorporar al huerto debido a su facilidad de cultivo, su alta productividad y sus numerosos beneficios para la salud. Con unos sencillos cuidados podemos obtener una buena cosecha de estos tubérculos.
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