Considerada una de las más importantes de nuestra economía por la cantidad de ingresos y de ventas que logra cosechar, la industria tabaquera en España lleva asentada muchos años en nuestro país. Una historia que lleva siglos haciendo compañía a los españoles, la compraventa de tabaco y de papel de fumar ha experimentado cambios bastante interesantes a lo largo de los años que vamos a cubrir a lo largo de esta entrada.
La llegada del tabaco a España
Hace muchos siglos, antes del conflicto con Napoleón entre los años 1808 y 1814, los colonizadores españoles que llegaron a América fueron los primeros en traer el tabaco a España. Trescientos años después, en pleno conflicto bélico con los franceses, llegaron los cigarrillos a la sociedad española por medio de un sistema rápido y eficaz de distribución para garantizar la máxima distribución de esta sustancia.
Al principio, el tabaco se distribuía únicamente a los estratos sociales más elevados. Hay que tener en cuenta que, antaño, el cigarro se consideraba un bien únicamente reservado para todas aquellas viviendas que gozaran de un gran poder adquisitivo. No fue hasta la mitad del siglo XIX que el consumo de estos cigarros, los cuales llegaban desde Brasil y pasaban por Portugal para acabar vendiéndose en la Península Ibérica, se acabó expandiendo a todos los grupos sociales.
El asentamiento del sector tabacalero
El éxito del tabaco fue bastante grande, y poco a poco las tabacaleras de España fueron adaptando el formato de cigarrillos en su producción.
A lo largo del siglo XX el consumo del tabaco fue creciendo en la sociedad española cada vez más, dando lugar a una industria que apenas experimentaba cambios independientemente del régimen político que se hubiese establecido en el país. Sin embargo, hubo un punto clave en la historia española a partir del cual el consumo de este producto experimentó un crecimiento sin precedentes: la Transición y el importante papel de la mujer como consumidora de cigarros. En la conocida etapa de la «Movida madrileña» de los años ochenta, cada vez más mujeres comenzaron a fumar como muestra de rebeldía y de liberación frente a la represión de los 36 años de dictadura por las que pasó España.
El tabaco en la actualidad
En la actualidad, la industria tabaquera está muy arraigada en nuestro país. Pese a los grandes cambios económicos que implicó la globalización, este sector económico ha podido gozar de una gran estabilidad, con un nivel de producción que llega a cifras anuales de 1.200 millones de euros. Extremadura representa una región determinante para la producción de tabaco en España, puesto que es allí donde se cultiva la práctica totalidad del producto originado en tierra nacional.
En lo que respecta a las ventas, en España se llegan a comprar más de 2.200 millones de cajetillas de cigarrilos al año, con recaudaciones
El tabaco es una industria arraigada en España que, pese a la globalización, ha conseguido una cierta estabilización. El nivel de producción alcanza un valor anual de 1.200 millones de euros y tiene a Extremadura como una región determinante. Allí se cultiva prácticamente la totalidad del tabaco que nace de las tierras nacionales. A nivel de ventas, en España se compran más de 2.200 millones de cajetillas de cigarrillos al año y la recaudación final supera los 9.000 millones. Son cifras elevadas que evidencian la importancia de la industria tabacalera en el país.